Me he pasado en el fango desde aquel 2016 casi recién estrenado, abrazada a ti, las dos en el fango, vendidas al enfado de no saber como afrontar esto, vendidas por la rabia de saber que todo se desmoronaría.
Tantos días, semanas y meses, contando los aciertos y los fallos, pasando del triunfo a la agonía de la derrota, cada vez que se truncaba el acierto.
Queríamos amarrar la esperanza a un barco que se hundía, sin saber como soltar las velas y descubrir que pasaría si nos dejábamos navegar, pero no supimos, no supe soltar.
Nos ha pesado tanto el dolor, la rabia, la pérdida y el lamento de lo que perdimos, de lo que no podemos hacer, de las cosas que no vamos a recuperar que olvidamos perseguir lo que sí, podemos hacer.
Podemos mirarnos a los ojos, podemos atar momentos eternos a nuestras manos, podemos abrazarnos cuando nos embiste el desasosiego, caminar sin prisa, pasear por nuestras sonrisas, besar la esquina de nuestros labios.
Me gusta sentir tus manos apretando la mía sobre tu pecho, mientras tus ojos sonríen e intentas decir te quiero,
A Pesar de mi 
Podéis hacer muchas cosas, muchísimas que con el paso del tiempo verás que son verdaderos tesoros de emociones y sentimientos. Seguimos, amiga..
Me quedo con este párrafo, es perfecto:
«Podemos mirarnos a los ojos, podemos atar momentos eternos a nuestras manos, podemos abrazarnos cuando nos embiste el desasosiego, caminar sin prisa, pasear por nuestras sonrisas, besar la esquina de nuestros labios.»
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Moly, muchas gracias. Me ha costado mucho, muchísimo poder sentirlo,
para escribir ese párrafo.
Gracias amiga.
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