Tío Alberto

Hoy he recordado aquellas sobremesas eternas, de risas, charla y compartir el paso del tiempo, el olor a tabaco de pipa, las risas de quienes ignorábamos que serian tan pocas.

Las sesudas conversaciones se hacían paso entre bromas, alegría, tabaco y música. manchas de café y licor en el mantel, tropiezos de manos en la jarra. Sonrisas y manos entrelazadas.

Sus ojos observándonos, hoy se me antoja que la intensidad de su mirada anticipaba la belleza de lo que perdería, perderíamos, ¿todavía guardará en su mirada el enfado?

Las sombras de nuestras manos tropezando en una especie de malestar, mientras nos servíamos un café en aquella madrigada que pasamos en vela, ya ante la puerta por abrir, tu voz susurra segura, todo va a ir bien, me giro te abrazo, le sabíamos muerto, segunda orfandad. Tus manos me sostenían mientras en cada exhalación vomitaba dolor y perdida.

Segundos eternos hipnotizan mis pupilas, recreo sus pasos bajando las escaleras, su risa, su voz. Han pasado un puñado de años y en las sombras habitará su luz, hoy llenaré el espacio de cometas de colores, música y olores.

Paseo marítimo de O Grove

Buenas noches Tío Alberto.

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