Es el momento de soltar el abrazo porque el fango nos atrapó, nos robó futuros, nos regaló la muerte con sabor a barro y ausencia.
Se clavan en el cielo ojos que esperan la carrera que sana, la risa que cura y el abrazo que calman, un suspiro, una letra, un inicio, el cierre y el ya fue, el recuerdo que ilumina y acompaña.
Permitir que otras manos sostengan nuestro cansancio magullado, manos que atrapan y entierran los cristales de los sueños quebrados, para que tu alma no se corte con los restos del desastre.
Y es de valientes permitir que las lágrimas secas por el dolor, arañen las mejillas y mojen el consuelo. Saber que el dolor es real, que se cuela en el aire que respiramos y en los sueños a sobresaltos.
Existe un espacio pequeño y tranquilo, cálido y seguro, donde acomodarnos, tomar aliento y sentir, que todo pasará, que podremos sujetar la esperanza y recordar en el hoy el ayer, de pasear con el recuerdo y dar paso, a senderos nuevos.


«Y es de valientes permitir que las lágrimas secas por el dolor, arañen las mejillas y mojen el consuelo.»
Es de valientes, Joaquina. De muy valientes. Es de héroes, de heroínas. De supervivientes.
¡Cómo no agradecerte hasta el infinito que nos lo recuerdes!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Justo, gracias por pasar a visitarme.
Es que a veces se nos olvida y los valientes somos los que gritamos los sentimientos.
Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Ojalá sea así. Que la esperanza los sostenga y les de fuerza para resistir y confiar en un futuro.
Me gustaLe gusta a 1 persona
La resiliencia está ahí, la veremos en la nueva carcajada de los niños y las niñas. Ellos abrazan con el corazón limpio y regalan esperanza.
Llegará la carcajada.
Un abrazo
Me gustaMe gusta