Huele a primavera a pesar del invierno. Dejamos atrás el olor a castañas asadas, aquellas que envueltas en papel nos ayudaron a tener las manos calientes durante nuestros paseos, aquellos en los que arreciaba el frío.
Huele a primavera a pesar de febrero. Las calles se tiñen de risas de los niños que corren y juegan en el parque. Anochece más tarde. Un dálmata se tumba en el césped, su dueño sonríe resignado.

Huele a primavera, pienso mientras su manita de cuatro meses, agarra mi dedo y su mirada busca a su hermana, casi tres años mayor, le da calma.
No huele a primavera, cierro los botones del abrigo, me enfundo los guantes y salgo. Me desperezo del sueño que olía a primavera, camino al trabajo.

Sí. Ya huela a primavera.💐💐💐
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Eso parece. Un abrazo de Osa
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