A mis ocho años llegó y se marcha a mis casi cincuenta y cinco.
Caminaba suave, sin peso ni rabia. No pelea ni tampoco baja los brazos, tenaz, alegre y como ella dice “rabudo” a veces.
Es un marchar como lo recordaré, amable y sereno con sus ojos chispeantes de risa y broma, hasta poco antes de doblar la esquina.
Este noviembre no podremos volver a recorrer Madrid, buscando el Cocido Madrileño, aquel noviembre será para siempre el noviembre perfecto.
A Pesar de mi 
Hay momentos que nunca se olvidan
Buen día, amigo.
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Una vida entera para recordar.
Gracias
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Noviembre perfecto que se quedará presente en el tiempo porque el corazón no olvida y menos cuando la razón no sabe disimular.
Saludos fraternos.
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Siempre y por siempre.
Sin disimulo, a la espera del bálsamo que nos regala el tiempo.
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Totalmente de acuerdo. ¡Que tengas un maravilloso día! 😊🤗
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Me has emocionado describiendo una marcha, que imagino es sin regreso.
Precioso ese noviembre.
Un abrazo 🌷
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Sin regreso..
Otro abrazo
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Qué lindo poema. En tan poquitas palabras transmite una vida compartida, llena de momentos simples pero muy significativos. Se siente la nostalgia, pero de esa que no duele tanto, más bien como un recuerdo cálido que acompaña.
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Gracias por tu visita.
Así es Gustavo, se marchó mirando con paciencia lo que venía, viviendo cada momento.
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