¿¿Que??

Lo recuerdo como si fuera ayer aquella tarde fría de otoño cuando la observaba detenidamente, con enorme sorpresa, cierta inquietud y desconfianza. Estaba ahí.

Me reconozco paralizada, pero por encima de todo con una enorme curiosidad, pero inmóvil.

Oí como el perro del vecino ladraba, el bronco sonido del camión recolector de basuras, la apertura del garaje, y yo ahí, apenas a un metro de distancia y sin atreverme a dar un paso para tocarla.

A tropel un montón de preguntas me pasaban por la cabeza, ¿porque estaba ahí en mi puerta? ¿se habían confundido? ¿Y si se trataba de una noticia terrible? ¿Una sorpresa quizá?

Lo hijos de los vecinos del primero, Pedro y Felipe, corrían y se escuchaba a su madre pidiéndoles que fueran más despacio, mientras al llegar a la altura de mi puerta escuché como susurraba, sois imposibles. De pronto Pedro lloraba y gritaba me ha empujado, entre su llanto a Felipe diciendo que no era cierto y Marta, resignada, les dice que para casa, que es tarde y que le pesaban la bolsas.

Y yo ahí, de pie. Esperando pero sin saber muy bien a qué.

Me acerqué tímidamente, descubrí una grafía muy cuidada que ponía mi nombre y nada más, sin remitente. No esperaba una carta de nadie y ahí está, entre el picaporte y la puerta, como suspendida en el aire.

¿Porque no en el buzón? ¿Alguien quería asegurarse de que la viera? ¿La abro?

Por fin entré en casa, las gatas me reciben maullando al otro lado de la puerta del recibidor, dejo el bolso la mochila y la carta en la entrada, sobre el baúl, una llamada del trabajo y el ruido de la vida se volvió a poner en marcha, atronador como cada día.

Hoy, dos años más tarde, la encuentro entre las cosas que se esconden en el baúl.

Rompo el sello lacrado, y comienzo a abrirla. Uy!

Murmuro un ¿qué?

2 respuestas a «¿¿Que??»

Deja un comentario