Aquel octubre de 2001

Sigo buscando en cajones y rincones lo que nos fue amputado sin miramientos. Me descubrí acariciando viejas fotografías. Tenía que hacer el cambio de ropa, cobarde y llorosa , lo aplacé. Es tan poco lo que me queda de tí. Busco excusas para sonreir. He descubierto algo que escribí en aquel octubre de 2001. Cierro …

Así

Así serena, busco la luz, respiro lentamente, siento como llega la punzada de dolor, la garra de tu ausencia se entretiene en su núcleo, atizándolo. Así me vuelvo a pertrechar del frío, ahogando el grito de rabia que tu asiento vacío me regala cuando de soslayo lo miro, ajeno a mi mirada. Así llegan otras …

Tu regazo

Añoro las siestas tempranas, los fines de semana largos, las tardes de lecturas y risas. Recostarme en tu regazo cómplice y callada mientras te observo, intento secuestrar momentos. Me columpio en tus pestañas cuando acompañan tu semblante sereno, aún me duele no poder acurrucarme en tu sonrisa, plácida y serena, interrumpida por mí caricia. Me …

Coraza y Miedo

Aquí nos tienes, aquí estamos para cuando puedas, ruda o amable, triste o alegre, feroz o abatida da igual, aquí estamos, mi niña. He visto cómo temblabas cuando por fin comenzaste a abrir esa coraza de hielo y hierro. Te abrazo e intento que te sientas segura, mientras sollozas de dolor. Te empieza a tocar …

La desnuda verdad

Comencé a dibujar cajones. El horror en recortes para cada uno. Colores brillantes y puros para esconder, encerrar y escapar. Cerraduras fantásticas, con relieves y filigranas con las que embellecerlas. Cada una con su llave, cada horror con su belleza exterior. Pues así sin querer escribir escribí, sin querer soltar solté, sin querer llorar lloré, …

Pagar peaje.

He acompañado tus pasos, ahora erráticos, ahora decididos, a veces titubeantes. He compartido un café que la tía y Charo nos pusieron en la mesa. He sentido tu sonrisa cómplice, desde un lugar, no importa desde donde ni porqué. He sentido como tus ojos me sonreían. He caminado junto a ti, te he tomado de …

Eco

Las llaves en la cerradura suenan como siempre, pero no se sienten igual. Intento dejar de oír el eco de mi soledad en casa, interrumpido por el ronronear de Frida o Kahla, pero ahí está acechando descaradamente. Busco llenar de nuevo el vacío que me deja tu ausencia a mi lado. Oigo el eco de …

439 km

Me encuentro a cuatrocientos treinta y nueve kilómetros de tí, si es el primer viaje que hago sin tí. A ratos la bella naturaleza me sacude de un modo dulce y cuidadoso, pero no puedo decir que no te eché de menos, sí lo hice. He pasado por paisajes que siempre te han encantado. Habrías …

El filo del Alzheimer

Caminar por el filo de la demencia. sollozar dolor por la pérdida, abatida y agotada de buscar lo que ya se había llevado el Alzheimer a un lugar en el que sólo tú habitabas. He tenido que soltarnos, exhausta por tratar de retenerte en mi realidad. ¿Qué hago ahora con los sueños compartidos? ¿Cómo respirar? …

Ahora ya sola

Me atropelló, pasó sin más. Necesitaba estar y al mismo tiempo poder correr. Caminar con sigilo y brusquedad. Reconocí mi vacío en su mirada vacía también. Entonces fué. Ahora aferro trozos pequeños de nuestra inmensidad. Adoro esos besos lentos, suaves, que parece que roba al olvido. Para de pronto volver a caminar. Vacío el espacio …